16 febrero 2024

De cazador a conservacionista: Mirko Utrovicich

Mirko Utrovicich es uno de los trackers profesionales que trabaja en la Fundación Cerro Guido Conservación y antes de serlo, fue cazador. Hoy, el mismo, se declara conservacionista.

Mirko Utrovicich no es cualquier tracker. Una vez entrando en confianza, tLoe das cuenta de que más de alguna profunda conversación puedes llegar a entablar. Cazador desde temprana edad, hoy se dedica al trabajo conservacionista.

Muchos se preguntarán como es que un cazador, casi de profesión, terminó siendo un tracker abocado al cuidado y mantención de una especie que durante gran parte de su vida persiguió: El Puma.

Cazador a Tracker

Es difícil de imaginar la transición. Cuando creces vas desarrollando habilidades y capacidades con respecto a lo que te gusta o a lo que tu familia se dedica. Pasa con los baqueanos, chefs, periodistas y en este caso cazadores.

Así pasó con Mirko. Fue creciendo y junto a su hermano empezaron a dedicarse a la caza. “Íbamos a Tierra de Fuego, por el lado argentino. Allí la caza es abierta, entonces no teníamos problemas (…) cazábamos guanacos, jabalíes, lo que fuera. Al final nos pagaban por cabeza.”

La ley de caza en Argentina difiere mucho en cuanto a la chilena. En materia de regulación, en nuestro país existe una fiscalización mucho más estricta, mientras que, en el país trasandino, a pesar de estar regulada, deja ciertos márgenes que parecieran dar más licencias a quienes ejerzan esta actividad.

No obstante, en palabras del propio Mirko, los tiempos cambian. “Nosotros, junto a la sociedad, también vamos evolucionando. No es posible que hayan pasado tantos años y que la única solución al problema de la ganadería sea matar al puma”.

De esta forma, antes de que fuera Fundación Cerro Guido Conservación, Pía Vergara inició el Proyecto Puma y llamó a Mirko para que fuera parte de este. Ambos se habían conocido en uno de los tantos viajes de estudio que Pía realizó en el pasado.

En un principio, este proyecto partió como un estudio al puma, sobre ecología y etología para la coexistencia entre fauna silvestre y ganadería, siendo el turismo una potente herramienta para sostenerlo. No obstante, en enero del 2022 se convirtió en Fundación Cerro Guido Conservación como la conocemos hoy.

Un día con Mirko Utrovicich

Voy de camino a Entre Lagos, lugar en donde los trackers de Fundación Cerro Guido Conservación se alojan y que funciona como base de operaciones para sus labores diarias.

Apenas llego, me doy cuenta de que no son muchas casas. No es una Estancia y menos un hotel, se trata de una comunidad que está abocada al trabajo conservacionista.

Entro a la casa de Mirko y lo primero que veo son las fotografías de los distintos pumas que habitan los terrenos de Estancia Cerro Guido. Todos identificados y trackeados. No se les escapa un detalle.

En el otro rincón de la casa se encuentran más fotografías, esta vez de los perros Gran Pirineo y Maremma, razas protectoras de ganado, que viven con las ovejas y forman parte de la manada, como si fueran una más.

Mirko me convida Mate. En este punto estoy bastante acostumbrado al sabor amargo, de manera que no pasa día en el que no lo beba. Funciona como buen café para entablar distintas conversaciones.

En eso me comenta que hoy iremos a ver a los perros protectores como todos los días, luego recorreremos los campos en busca de carneos (víctimas del puma) y a revisar cámaras trampa instaladas con el fin de registrar cualquier movimiento de la fauna nativa de la zona. Nos subimos a la camioneta, junto a Naipe y Aika, perros pastores, compañeros fundamentales para el cuidado y transporte de las ovejas.

Visitamos los campos, los cuales recorrimos en una camioneta Land Cruiser, mismos modelos que el hotel emplea en las excursiones de Safari de Conservación. Estamos en la época de parición de las ovejas y logramos ver muchos corderitos recién nacidos, algunos solo minutos antes de verlos.

Afortunadamente, ese día no vimos ninguna muerte por el ataque de algún puma. Lo cual significa que los esfuerzos de la Fundación están dando resultados, en especial, la implementación de los perros protectores.

Perros Protectores: Gran Pirineo y Maremma

Una de las estrategias que Fundación Cerro Guido Conservación implementa para la protección del ganado son la cría y empleo de Perros Protectores de raza Gran Pirineo y Maremma.

En un galpón cercano a la casa de los trackers, se encuentra la quinta camada de estos perros grandes, blancos y lanudos. Aquí se crían e improntan junto a las ovejas.

Mirko me invita a ver a los perros, como me había mencionado. No sin antes advertirme que no les hiciera cariño, esto porque hay estudios que afirman que cuando una persona que no es el cuidador desarrolla un vínculo con los perros, afectaría al proceso de impronta.

De modo que solo Mirko, su cuidador, es el único que puede generar una especie de relación con los perros dedicados a la protección del ganado. Es difícil resistirse a hacerle cariño a estos perros.

En aquel galpón, se realiza, junto con la cría, el proceso de impronta, lo cual se define como la socialización en donde el cachorro se acostumbra a vivir con el rebaño de ovejas que debe proteger.

Con este método, se aprovechan los momentos críticos de socialización de la vida de un cachorro para generar un apego total, un vínculo insoluble. De esta forma, los perros consideran a las ovejas como si fueran sus madres y hermanas.

Condoreras

Después de rondar los campos, nuestro camino nos lleva a Las Condoreras, espacio de aproximadamente 2000 hectáreas dedicado exclusivamente al trabajo de Conservación. Este espacio lleva siendo monitoreado desde que comienza el proyecto en 2019 y los pumas que lo habitan ya se encuentran identificados.

Las Condoreras lleva este nombre debido a que se trata de una formación rocosa alta en donde los cóndores, ave icónica de la zona y del país, suelen anidar. Aquí muchas especies suelen convivir, desde los más pequeños e inofensivos, hasta los más grandes.

Empezamos a subir en el vehículo hasta cierto punto para empezar a caminar y revisar las cámaras trampa, esperando ver algún registro de movimiento o tráfico de algún animal.

Mirko, con toda su experiencia, empieza a caminar hacia el borde del precipicio de Las Condoreras. Debo admitir que no supe como el tracker tenía un estómago tan fuerte para asomarse hacia el fondo del barranco, en mi caso, me asomé lo suficiente para que se me anudara el estómago antes de moverme hacia atrás.

Luego de más o menos una hora de búsqueda nos rendimos y emprendemos camino de vuelta a la camioneta. De repente, Mirko utiliza sus binoculares, vio algo. Era un puma que seguramente buscaba un lugar para echarse. El ojo de los trackers es algo increíble.

Los avistamientos de pumas suelen ser a más de 100 metros de distancia. Lo que para un ojo normal puede ser un simple punto claro a la distancia, para quienes se dedican a esto, es un posible puma en movimiento.

“Vamos a buscar al gatito”, exclamó Mirko mientras nos subíamos nuevamente a la camioneta siguiendo al depredador. Hay mucho de azar en esto. Cuando logramos el avistamiento de un puma y empezamos a seguirlo, existe una gran posibilidad de que el animal cambie su rumbo.

Sin embargo, tuvimos suerte. Logramos avistarlo cuando nos bajamos del vehículo y empezamos a acercarnos nuevamente, despacio, respetando su espacio. Sin embargo, siempre manteniéndonos visibles, de forma que el sepa que estamos ahí.

Logramos llegar a una distancia prudente del puma que no estaba identificado aún. Nos sentamos donde quedamos y estuvimos ahí, observando la majestuosidad de este animal. Es un felino grande y colorado, bien parecido a un gato, sin embargo, de 10 veces su tamaño.

Ahí nos quedamos. Fotografiando con lo que teníamos, dos cámaras más los celulares complementados con binoculares. Nuestra intención es monitorearlo, observarlo, entender como se mueve, interactúa y registrar su comportamiento. “Trece con treinta, avistamiento lado este de condorera, puma NI”, Mirko deja registro para luego complementar el informe del día.

Estuvimos ahí alrededor de 1 hora hasta cuando el Puma se levanta y se va. No quisimos seguirlo porque estaríamos invadiendo su espacio. Tenemos que entender que estamos en su casa, debemos respetar eso.

El Cambio

Como a cualquier persona se le puede ocurrir, mi duda estaba en el por qué una persona como Mirko, que se dedicó toda su vida a la caza, hoy está trabajando como tracker en labores conservacionistas.

“Soy como el que los junta”, comenta Utrovicich hablando sobre las empresas ganaderas y los conservacionistas. “Me dediqué toda mi vida y uno nunca sabe las vueltas que da. Ahora soy conservacionista al cien por cierto”.

Las habilidades que un cazador utiliza en su día a día son requeridas para el trabajo de rastreador. “Sin yo saber como se ve el puma, como actúa el puma, como se mueve, no podría tener este trabajo.”, comenta. “Tienes que aprender a ser uno más”.

“Es necesario que haya un cambio y la Fundación ha hecho cosas muy buenas por el puma”, añade. “Las generaciones futuras tienen que aprender que matar a los animales, ya no es la forma de preservar nuestro trabajo”.

Hoy, Mirko trabaja junto a los animales que tanto persiguió. Conoce como se mueven y los busca para darles refugio, protegerlos de los cazadores a los que un día perteneció.

Mirko representa lo que Fundación Cerro Guido Conservación intenta transmitir. Es posible una salida al conflicto. Con paciencia, técnica y voluntad de lograr el cambio, no será necesario recurrir a la cacería de una especie que no tiene ninguna culpa de querer sobrevivir. Estamos en su hogar, nosotros somos la visita.