16 febrero 2024
Los Gauchos: Una vida en la Patagonia
“Para vivir en el campo no hay que ser cobarde”, me afirmó Martín Rivas, uno de los baqueanos o gauchos que trabajan en Estancia Cerro Guido. Hoy, les contaremos acerca de la vida del baqueano magallánico.
En la mañana, después de tomar desayuno, quise ir a compartir con los baqueanos o gauchos que trabajan en Estancia Cerro Guido. Sé dónde ir, siempre están en los establos, arreglando las sogas, cebando mate o cualquier otra labor diaria de la vida campestre.
Un poco tímido, me adentro en los establos y veo a los caballos que descansan en el corral. Todos amontonados observan mi caminar hacia la casa en donde los baqueanos pasan la mayor parte del día.
Entro y me recibe Matías que, escuchando milongas, está sentado a un costado de la estufa patagónica que, con sus distintos compartimientos para el fuego, es multifuncional. Contando con una en tu hogar, tienes estufa, cocina y horno.
Matías está trenzando cuero que utilizan en distintas manufacturas como mangos para los cuchillos; sogas para los caballos; collares para los perros que los acompañan día a día; o bien, para cualquier otro uso que ellos quieran darle.
El baqueano lleva ahí desde las 7 am. El día laboral de los gauchos parte con el alba y termina con el atardecer, no hay descanso, siempre hay algo por hacer. Sean cuales sean las labores diarias, él tiene que estar ahí.
Me siento a su lado y empieza a cebar mate. Mientras tomo la copa, le voy preguntando sobre su vida en el campo. “Toda mi vida la pasé en el campo, desde chico”, comentaba mientras volteaba el agua de la tetera.
“La vida en los puestos es dura, muchas veces sola”. Matías se queda en los puestos durante gran parte de la temporada baja, acompañado solo por los perros y animales que tiene a su cargo. “A veces me cabreo, pero que le puedo hacer, es la pega que eligió uno”.
“Para estar en el campo, no hay que ser cobarde”, afirma mientras sorbetea el mate. “Imagina que estas de noche, en la madrugada y los perros empiezan a ladrar. ¿Qué haces? Nada, no sabes que puede andar por afuera.”
Intento configurar una imagen en mi cabeza de la soledad y oscuridad de los puestos en donde solo tienes luz a gas. Ese silencio ensordecedor que rodea tu cuerpo y sabes que no hay nadie más que tu en el lugar donde estás parado. Evidentemente, no es un trabajo para cualquiera.
El Turismo y los Baqueanos
Hoy en día, el Turismo representa una gran parte de la rueda económica de la Región de Magallanes y Antártica chilena. Con paisajes prístinos como las Torres del Paine y fauna nativa única, se ha convertido en una zona muy visitada por viajeros de todo el mundo.
De esta forma, motivados por la esencia patagónica, los turistas van mostrando interés por la cultura de la región. Así, los gauchos o baqueanos abren las puertas de su lugar de trabajo para darles la bienvenida a quienes quieran conocer más sobre su vida y trabajo.
“Es bueno que quieran conocer nuestro trabajo”, afirma Andy Baldevenites, uno de los baqueanos que trabaja en Cerro Guido. “Siempre hay turistas que se interesan y que quieren compartir el mate o salir a alguna cabalgata”, añade.
Adéntrate en la Esencia Patagónica
En Estancia Cerro Guido te adentrarás en la esencia de la Patagonia, conociendo a personas como Matías quienes han pasado su vida en el campo y que antes de él, una familia precedió.
Tendrás la oportunidad de recorrer nuestros campos junto a los baqueanos en cabalgatas en donde recorrerás los hermosos paisajes de nuestra Estancia, además de poder disfrutar de un buen mate conversado con ellos.